Resumen Se presenta en el artículo un repaso al desarrollo y comprensión de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) en países iberoamericanos, contemplando políticas internacionales hacia la construcción de un espacio de conocimiento conjunto en Iberoamérica. El artículo ofrece una perspectiva y enlaces a las principales experiencias, señalando las diferencias existentes en cuanto a la conceptualización de la RSU en el contexto americano y peninsular. Unido a la conceptualización, han aparecido diferentes formas de evaluación, sin llegar al desarrollo de un estándar común iberoamericano, lo cual sería de interés para avanzar en un marco común de educación superior. La responsabilidad Social Universitaria En Iberoamérica la Responsabilidad Social en y desde las Universidades (RSU), ha experimentado una gran inquietud desde finales del S. XX, consolidándose en experiencias y redes entre universidades durante la primera década del S. XXI. Es un tema de central interés en las cumbres de educación superior iberoamericanas, en las cuales se aboga por la creación de un Espacio Iberoamericano de Conocimiento[1], que además sea socialmente responsable[2]. Contemplada en el marco de las directrices de la UNESCO en Educación Superior (Calderón, Pedro, Vargas, 2011), la Responsabilidad Social constituye un área transversal en la misión de las universidades de formación e investigación, así como también en calidad de estructura organizacional. En lo referente a formar estudiantes socialmente responsables, es una cuestión que refleja diferentes estudios realizados sobre el perfil de profesional que debe aportar la educación superior, tal como señala el informe “Definición y Selección de Competencias” (DeSeCo)[3] elaborado por la OECD, y el informe financiado por la Unión Europea “Tunning[4]”, orientado a la mejora de la calidad en universidades de Europa y América Latina. En ambos informes se señalan una serie de competencias entre las cuales están presentes características ligadas a mantener una actitud y comportamiento de responsabilidad en el papel a desarrollar como profesionales en la sociedad. De igual modo, en el documento elaborado por el grupo de RS del Ministerio de Trabajo español “La Responsabilidad Social de las Empresas, RSE, el Desarrollo Sostenible y el Sistema de Educación y Formación”[5], se considera necesario "incorporar al sistema de educación y formación en todos sus niveles y etapas los principios y valores del desarrollo sostenible y la responsabilidad, con el objetivo general de que todas las personas puedan desarrollar un modo de pensar abierto y libre, y adquirir los valores, conocimientos y capacidades que les permitan encontrar las soluciones a los problemas que les afectan". Pese a estos informes que resaltan la importancia de la RSU, no existe un código o referente de común aceptación a nivel internacional, por ello la comprensión del significado de ser socialmente responsable como institución universitaria tiene diferente interpretación si se trata en España / Portugal o en Latinoamérica / Brasil, e incluso de forma atomizada dependiendo de la universidad. La RSU en Iberoamérica necesita asentar un marco común, que permita orientar las políticas concretas que emprenden las Instituciones de Educación Superior (IES) de cada país en solitario o en red. Durante la próxima década será un campo en crecimiento, mientras que diferentes programas de cooperación entre países iberoamericanos (espacio América Latina Caribe - Unión Europea)[6], progresan en fortalecer un marco de políticas educativas, e indicadores conjuntos como son los programas Alfa Puentes[7], Cesar[8]o el Infoaces.[9] En este artículo se realiza una presentación de algunas de las diferentes iniciativas, para en la conclusión argumentar las bases de un marco común para el espacio iberoamericano. Introducción a la RSU en Iberoamérica La principal influencia acerca de la conceptualización de la RS en Universidades de la región Latinoamericana vino dada por la acción del Banco Interamericano de Desarrollo desde una sección de Ética, actualmente desaparecida. Dicha experiencia presentó la RSU como la gestión de impactos de la Universidad, que merced a una buena difusión mediante seminarios, internet y redes de universidades como la “Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina” (AUSJAL)[10], se ha convertido en un modelo de referencia para la comprensión e interpretación que puede revisarse en el libro “Responsabilidad Social Universitaria: Manual de primeros pasos[11]” (Vallaeys, de la Cruz y Sasia, 2009). Este enfoque parte de que la RSU representa más que las funciones de extensión universitaria, o voluntariado, aconsejando una evaluación general del efecto de la universidad como institución en sí misma y de su efecto en sociedad. Entre las experiencias iniciales en RSU cabe resaltar la experiencia de universidades en Chile, “Universidad Construye País”, producto de un programa financiado por la Fundación Avina, y mantenido en cargo a programas financiados por el gobierno. Dicha experiencia generó documentos relevantes como “Una manera de ser Universidad[12]” que presenta varios instrumentos y una concepción de cómo debería enfocarse la RSU como proyecto de país. Actualmente este programa continúa con mayor producción individual en cada universidad de forma conjunta dado que ha sido muy dependiente de tener financiación; en cambio, AUSJAL como red universitaria es la que presenta una mayor solidez en cuanto a reflexión colectiva y diseño de herramientas para la evaluación de la RSU. Diferentes trabajos realizados en universidades de países como Colombia, México, Venezuela o Perú permiten observar una progresión en el estudio de la RSU y articulación de las universidades con su entorno social. Sobre todo en Latinoamérica, bajo la denominación de Aprendizaje y Servicio, enfocado como prácticas de estudiantes en comunidades desfavorecidas, se vincula la RSU a un servicio que presta la universidad a la sociedad con implicaciones en la sensibilización de estudiantes en relación a la importancia de la formación universitaria para propiciar el desarrollo social. A nivel de trabajo por país, en el caso concreto de Colombia, bajo el liderazgo de la Pontificia Universidad Javeriana, se creó el Observatorio de Responsabilidad Social Universitaria (ORSU)[13], que apoya una pluralidad complementaria de enfoques en el abordaje y comprensión de la RSU, uniendo tanto experiencias en desarrollar sistemas de evaluación[14] de las IES como organización, así como desde la medición de impactos en sociedad y la acción / proyección social. Ello puede verse en la revista de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN)[15] en su número 21 del 2011[16], donde varios artículos permiten conocer esta diversidad en cómo entender y trabajar la RSU. En Brasil, se puede ver en las acciones de la Associação Brasileira de Mantenedoras de Ensino Superior - ABMES[17], como el programa “Trote Responsável[18]”, para la integración de nuevos estudiantes, y el “Dia da responsabilidade social[19]”, que incluye múltiples actividades en las cuales prima el objetivo de integrar diferentes acciones sociales e intercambiar actividades de extensión desarrolladas a lo largo del año. Supone a nivel iberoamericano la mayor experiencia colaborativa entre universidades sobre RSU. En Perú, cabría señalar la importancia concedida a la responsabilidad social de modo que algunas universidades han creado una dirección académica especial para su gestión como es el caso de la Pontificia Universidad Católica del Perú[20] y la Universidad Peruana Cayetano Heredia[21]; mientras que en Venezuela la formalización de memorias de RSU como la que ha presentado la Universidad Metropolitana[22]. En el ámbito peninsular, España y Portugal, la Unión Europea marca las directrices hacia una economía del conocimiento en el horizonte del 2020[23], que condiciona a las universidades hacia un modelo de centros que adecuen su función hacia una sociedad más empresarial, emprendedora e innovadora. En el caso español la Estrategia Universidad 2015[24] (EU2015) inserta en el programa de campus de excelencia[25], resalta la RS como misión de la universidad en sus relaciones con el medio social y medioambiental, asumiendo como sostenibilidad también la obligación de generar fondos económicos para mantenerse. La EU 2015 identifica a la RS y el desarrollo sostenible dentro de la denominada “Tercera Misión de las universidades” junto con la transferencia de conocimiento y tecnología, que además considera a la docencia y a la investigación como parte de la triple misión de la universidad española del siglo XXI. A partir de los planteamientos de la EU 2015 es posible identificar seis áreas de actuación para aplicar transversalmente la responsabilidad social al quehacer universitario en su conjunto (Rubiralta y Barañano, 2010; Gaete, 2011): ü Información, sensibilización y orientación acerca de la RS y el desarrollo sostenible, en el contexto de la cultura universitaria caracterizada por el diálogo, la participación y la pluralidad de las miradas sobre dichas temáticas; ü Incorporación de la RS y el desarrollo sostenible en la misión formativa de las universidades, en sus distintas modalidades y tipos de formación; ü Promoción de la investigación respecto de las distintas formas de aplicación de la RS en la universidad, las empresas y otras instituciones; ü Consideración de la RS en las actividades de transferencia e innovación desarrolladas por el sistema universitario español, con el propósito de retornar a la sociedad los aportes realizados a las universidades; ü Compromiso tanto con los entornos locales próximos a cada universidad, así como de cooperación al desarrollo de comunidades y territorios geográficamente más distantes; ü Incorporación a la gestión interna de cada universidad de los principios y criterios de responsabilidad social y desarrollo sostenible, más allá de la simple existencia de una unidad organizativa que se encargue de dichas temáticas. La identificación de estas áreas permite vincular a la RS con cada una de las misiones universitarias, así como con su gestión interna, favoreciendo el desarrollo del comportamiento socialmente responsable de las universidades diferente al de las empresas. A corto plazo, el desafío de las universidades españolas es formular y desarrollar un proyecto institucional de RSU que cuente con la aprobación del Consejo de Gobierno y el Consejo Social de cada institución, dentro del horizonte temporal de la EU 2015, que incorpore cada una de las áreas de actuación señaladas, y que además logre un consenso tanto dentro de cada comunidad universitaria como respecto de las necesidades que las diferentes partes interesadas plantean a cada universidad. La implantación del modelo de RS en las universidades españolas muestra un avance parcial según los resultados de la investigación de González et al (2010), con algún tipo de actividad relacionada con la RS, como postgrados relacionados directa o indirectamente con dicha temática, elaboración de memorias de sostenibilidad, apoyo a grupos de voluntariado, cooperación al desarrollo o medio ambiente, entre otras acciones. Este enfoque puede revisarse en la publicación “Responsabilidad Social Universitaria”[26]. Desde otra perspectiva, más centrada en el efecto de la educación en el desarrollo de la RS en estudiantes, ha dado lugar a dos tesis doctorales (DE LA CALLE, 2009; MARTÍ, 2011), analizando cómo el paso por la universidad incide en ser socialmente responsables. A nivel de trabajo iberoamericano, el Grupo de Estudios en RSU[27], constituido por la Unidad de Investigación “Pensamiento e Interacción Social” de la Universidad de Valencia, ha realizado aportaciones acerca de la influencia de la educación en valores y empatía en la formación de profesionales responsables con la sociedad (MARTI-VILAR, ALMERICH, CIFUENTES, GRIMALDO, MARTÍ, MERINO & PUERTA., 2011) y la propuesta denominada Neuro-responsabilidad (MARTI, MARTÍ-VILAR & PUERTA, 2011). Evaluación de la RSU En las IES se han generado diferentes instrumentos para evaluar su RSU, siendo una labor directamente relacionada con la conceptualización que realiza cada universidad o red de universidades. Supone una dificultad la poca comunicación y trabajo colaborativo que se está dando al respecto entre universidades de un mismo país, y por ende son muy pocas las experiencias realizadas en varios países exceptuando la red AUSJAL. En el caso español la opción preferente está siendo la aplicación de herramientas propias del sector empresarial[28], de modo que limitan la acción a la aplicación de un triple balance social–ambiental y económico sin adentrarse en un estudio en profundidad del efecto de la universidad en formar profesionales socialmente responsables. Algunas universidades que han aplicado estudios para conocer el grado de percepción de la RSU en personal docente y de investigación, personal administrativo y estudiantes, aunque dichos estudios mayormente se realizan en una ocasión y no son incorporados como herramienta de evaluación sino parte de proyectos financiados. Semejante proceso al ocurrido en España se constató en Brasil, a principios de la primera década del S. XXI, cuando se analizó en algunas universidades cuáles promovían valores de RS necesarias para el mundo empresarial, utilizando las mismas herramientas de gestión y evaluación de RS aplicadas a empresas. Destaca en ese escenario el Instituto Ethos de Empresas y Responsabilidad Social, como principal promotor de acciones de responsabilidad social en el medio empresarial y la vinculación de algunas universidades privadas (Calderón, 2005). En general, las universidades del continente americano han mostrado mayor preocupación ante la desigualdad socio-económica en la sociedad, lo cual ha valido el prestar mayor atención a la formación humana como misión de la RS. Sin embargo pese a la existencia de diferentes propuestas de evaluación, no es frecuente en la mayoría de universidades la aplicación sistematizada de un instrumento pues aun el término de responsabilidad social es fuente de discusión entre diferentes áreas de conocimiento y la no existencia de una política al efecto genera una falta de referentes. Queda la expectativa de saber si va a llegar a consolidarse un instrumento que permita saber qué valores y competencias en responsabilidad social aporta la formación a estudiantes, por lo que representa de demanda formulada por la UNESCO, y dado que parece interesante el conocer el perfil de estudiantes para mejorar la competitividad de las universidades en base a unos valores a favor del bien común. Apuntes para un marco Iberoamericano de RSU En todo caso, es un requisito urgente el plasmar en un espacio interactivo, basado en la tecnología de la información y la comunicación, la ingente labor que realizan diferentes universidades en materia de RSU, tal como resalta la vicerrectora de extensión de la Universidad de Paraná, Dra. Mendes França (2011), pues es necesario que transmitan y dialoguen con la sociedad. Apuntando este comentario, se puede señalar que no existe habitualmente un fluido diálogo institucional entre IES salvo ante la existencia de proyectos financiados, son raras las excepciones en las que voluntariamente el sector de la educación superior trabaja en conjunto en pro de un beneficio social sin la existencia de financiación para proyectos. En el proceso de creación de campus de excelencia en Europa, la obligación de trabajar conjuntamente universidades viene precedida de un ajuste presupuestario que es el que motiva a avanzar hacia sinergias colectivas. Los avances de las universidades españolas en rendición de cuentas a la sociedad. En virtud de lo señalado anteriormente, quizá una característica que distingue al proceso de instalación de la RSU en el sistema universitario español se encuentre relacionada con los esfuerzos por rendir cuentas a la sociedad, principalmente a través de la elaboración de memorias de responsabilidad social. El formato de rendición de cuentas del GRI (social, económico y medioambiental) se ha extendido hacia el resto de universidades españolas que han desarrollado posteriormente sus memorias de RSU. Sin embargo, debido a que el formato GRI fue originalmente desarrollado para las empresas, resulta interesante destacar los esfuerzos y propuestas para adaptar o diseñar formatos de memorias de RSU para rendir cuentas más acordes con el quehacer universitario, como por ejemplo el diseño propuesto por el Foro de Consejos Sociales de las Universidades Públicas Andaluzas[29] (González et al, 2010; Larrán & López, 2010). En este sentido, parece necesario seguir avanzando hacia formatos de memorias de RSU que permitan a las universidades no solo rendir cuentas de manera genérica sobre el quehacer docente e investigador que realizan, habitualmente estructuradas en el formato del GRI[30], encaminándose hacia modelos de accountability que incluyan también otros aspectos relacionados con el concepto de responsabilidad social universitaria, como por ejemplo las perspectivas ética - valórica y de transformación social con las cuales también es posible asociar al modelo de RSU (Gaete, 2011; Martí-Vilar et al, 2011). En conclusión, reforzar la idea del gran avance alcanzado en esta primera década del S.XXI y la importancia de establecer mayor interacción entre universidades para avanzar en conjunto hacia un espacio iberoamericano de conocimiento socialmente responsable. Bibliografía. CALDERÓN, A.; PEDRO, R. & VARGAS, M. (2011). 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[3]http://www.deseco.admin.ch/bfs/deseco/en/index/02.parsys.43469.downloadList.2296.DownloadFile.tmp/2005.dskcexecutivesummary.en.pdf
[4]http://tuning.unideusto.org/tuningal/index.php?option=com_docman&task=docclick&Itemid=191&bid=54&limitstart=0&limit=5
[14]http://www.unitecnologica.edu.co/informe-de-gesti%C3%B3n-y-sostenibilidad-2010-una-universidad-de-excelencia-del-caribe-para-el-mundo
[1] Doctor en Psicología, Profesor Titular de Psicología Básica, Universidad de Valencia (España). manuel.marti-vilar@uv.es [2] Doctora en Psicología. Vicerrectora de Investigaciones, Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín (Colombia). ipuerta@funlam.edu.co [3] Doctor en Sociología, Profesor Asistente del Departamento de Ciencias Sociales, Universidad de Antofagasta (Chile). rgaete@uantof.cl [4] Doctor en psicología por la Universidad de Valencia. Consultor en desarrollo regional y cooperación internacional. juanjomn@gmail.com